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  • Foto del escritorFabián Leppez

Escuela Pública


#Caí en la escuela pública en 1990 con la caja pan bajo el brazo y las cañitas voladoras truchas de los 90. Me tocó la escuela del barrio, la 42, la escuela a la que habían ido mis hermanos mayores. "Yo lo tuve a tu hermano el año pasado" o "Yo fui maestra de tu hermana" eran frases habituales que escuchábamos los que veníamos de familia numerosa. Ésa escuela humilde, de barrio, tenía los techos de fibrocemento y las paredes pintadas mitad verde oscuro y mitad blancas. Obviamente, en invierno pasábamos frío pero no lo suficiente como para contrarrestarlo en las corridas de los recreos.

En ése mismo colegio vi por primera y única vez a nuestra maestra de matemáticas salir con los ojos apunados a llorar afuera del aula porque no habíamos entendido un ejercicio y todos nos sacamos mala nota. Minutos después, volvió con la angustia encapsulada y nos explicó todo denuevo, algo que nosotros compensamos aprobando el examen.

En ésa escuela éramos todxs morochos o morenos. Había un pelirrojo en el curso de al lado y una rubia que carecía de nombre ya que todxs la llamábamos por su tonalidad.

Ésa escuela petisa, concreta, se transformó en un monstruo de dos pisos cuando la soberbia duhaldista decidió usarnos de tablero de ajedrez de cara a las próximas elecciones que lo traían como candidato.

En ésa escuela vi compañeros que asistían con las zapatillas rotas, los cuadernos destartalados a fin de año y la mochila más pesada que su propia historia.

En ésa escuela vi maestros faltar a clases para ayunar y volver al aula a enseñarnos sin descolgarse el cartel plastificado que rezaba "hoy somos todos docentes". El mismo que se colgaron desde Benedetti hasta Spinetta. Recuerdo cuando pasé y con mis ojos pequeños vi la carpa. Recuerdo que no podía dejar de observarla aunque el camino me llevara accidentalmente hacia otro lado.

Recuerdo que la escuela pública me marcó el camino y que si no existiera la escuela pública, seguramente no hubiera ido a la escuela. Porque cómo hace una familia numerosa para pagarle a sus 6 hijos la escuela privada? Cómo hace un docente para acordarse el nombre de tus hermanos si te cierran la puerta cuando no te alcanza para pagar la cuota? Cómo hace uno para no encariñarse con un docente si además de quedarse fuera de hora para ensayar con los otros cursos el acto del 25 de mayo, también ofician de mozos cuando hay que ayudar a servir el desayuno o la merienda.

Por todo esto y mucho más, #YoBancoALaEscuelaPública.

Porque siempre que caí había un maestro para levantarme.

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